El cine comunitario no cambia la realidad, pero tiene el potencial de incluir lo excluido, de visualizar lo invisible, de recordar lo olvidado, de dar imágenes y palabras a los que no las tienen... y eso es el principal cambio” Stefan Kaspar

Nuestras líneas de acción son la Escuela popular de Cine y Video Comunitario de Ojo al Sancocho, el Festival Internacional de Cine y Video Alternativo y Comunitario Ojo al Sancocho y la Sala de Cine Comunitaria Potocine.

Nos centramos en el cine por la posibilidad que da y el modo en que abarca las siete artes, el arte entendido como la expresión natural que desarrolla la capacidad y la habilidad del ser, desde su pensar y su sentir (Le Breton, 2010). Esta formación basada en elementos artísticos permite el aprendizaje de conocimientos y de su formación como ser humano, es lo que facilita a los participantes recuperar la autoestima, valorar y defenderlo que son, lo que quieren ser y hacer, pues en la medida que tengan autonomía van adquiriendo una comprensión del medio que lo rodea e identidad personal.

La experiencia nos ha demostrado que el cine y el arte comunitario puede ser aplicada a cualquier edad, que no solo beneficia a los niños, niñas y jóvenes, sino también a adultos, adultos mayores y población afro, campesinos, indígenas, LGBTI... en sí, a todos los que quieren expresar su mirada de la vida, sus sueños, sus inquietudes y preguntas sobre su realidad. Además, no es solo aplicable a sectores periféricos o del sur. Con estos hallazgos vimos la necesidad de que la metodología, siempre permitiera la creación colectiva entre participantes (i) y facilitadores (ii) , que conlleve a todos a participar activamente de la enseñanza-aprendizaje, que sea flexible y que tenga presente el intercambio de saberes intergeneracional e interculturalidad.

Nuestras actividades hacen énfasis en la construcción de historias, fantásticas o reales, pero sobre todo, historias de vida: sobre la familia, los amigos, la identidad, el barrio, el país, el planeta, los sueños o los sentimientos. Esto, con el fin de invitar constantemente a los participantes a crear y hacer del audiovisual una herramienta que les permita desde sus propias voces contar y contarse a ellos mismos y a sus pares, comunicar sus sueños, expectativas e ideas de vida, y que, además, les permita aprender y desarrollarse como sujetos de derechos, activos y críticos.

El cine y video comunitario, sin duda, fortalecen la construcción de capital social de nuevas ciudadanías como estrategia fundamental para la garantía de derechos humanos y derechos culturales, de manera que todos puedan optar libremente por caminos que les permitan su desarrollo humano. Ello facilita una relación más de identidad con sus entornos, al tiempo que disminuye la violencia en el núcleo familiar y en los territorios, con un impacto no solo local, sino nacional e internacional. Además, visibiliza la importancia de resaltar y promover las culturas locales y de convivir en espacio de diálogo intercultural, como un ejercicio de expresión para la construcción de convivencia, democracia cultura y construcción de paz.

i Término apropiado colectivamente para referirnos a quienes se acercan para hacer parte de la escuela; no es posible concebirlos.
ii Término apropiado por el proceso para referirnos a los docentes o educadores.

 

Community cinema does not change reality, but it has the potential to include the excluded, to visualize the invisible, to remember the forgotten, to give images and words to those who do not have them ... and that is the main change ”Stefan Kaspar

Our lines of action are the Popular Community Film and Video School of Ojo al Sancocho, the International Festival of Alternative and Community Film and Video Ojo al Sancocho and the Potocine Community Cinema Hall.

We focus on cinema because of the possibility it gives and the way it encompasses the seven arts, art understood as the natural expression that develops the capacity and ability of being, from its thinking and feeling (Le Breton, 2010).

This training based on artistic elements allows the learning of knowledge and their training as a human being, it is what facilitates the participants to regain self-esteem, value and defend what they are, what they want to be and do, because to the extent that they have autonomy they are acquiring an understanding of the environment that surrounds them and personal identity.

Experience has shown us that cinema and community art can be applied at any age, which not only benefits children and young people, but also adults, older adults and the Afro-descendant population, peasants, indigenous people, LGBTI ... in itself, to all those who want to express their view of life, their dreams, their concerns and questions about their reality. Furthermore, it is not only applicable to peripheral or southern sectors. With these findings, we saw the need for the methodology to always allow collective creation between participants (i) and facilitators (ii), which leads everyone to actively participate in teaching-learning, be flexible and take into account the exchange of intergenerational and intercultural knowledge.

Community film and video undoubtedly strengthen the construction of social capital for new citizens as a fundamental strategy to guarantee human rights and cultural rights, so that everyone can freely choose paths that allow their human development.

This facilitates a more identity relationship with their surroundings, while reducing violence in the family nucleus and in the territories, with an impact not only local, but also national and international. In addition, it makes visible the importance of highlighting and promoting local cultures and of living together in a space for intercultural dialogue, as an exercise of expression for the construction of coexistence, democracy, culture and construction of peace. i Collectively appropriate term to refer to those who come to be part of the school; it is not possible to conceive them. ii Appropriate term for the process to refer to teachers or educators.